martes, 21 de enero de 2014

¿ME CUENTAS UN CUENTO...?

Todo se puede justificar. Desde cualquier movimiento político, actividad lúdica, vocación, relaciones sentimentales…Todo. Sólo depende del enfoque que le demos. Las palabras son construcciones que permiten transmitir nuestros pensamientos con el medio que nos rodea. Podemos construir oraciones de modo que intentemos negar que estamos cometiendo un error con nuestras conductas. Yo no tengo problemas en mis relaciones sentimentales: sólo cuento aspectos generales de las mismas a los terapeutas sin entrar en detalles, sin dar importancia a los hechos (no vaya a ser que me equivoco) Yo destaco el daño e incomprensión de los otros hacia mí sin posicionarme en su lugar, sin tener en cuenta mis actos hacia ellos. Lo que yo cuente, dependerá de mi voluntad y desde mi punto de vista, de humildad: saber que yo tengo “taras” y me equivoque. Saber que quizás mis llamadas de atención (tengo muchas enfermedades, me desmayo miento sobre mi vida…) esconden una pésima autoestima y una necesidad de ser el centro de atención consecuencia de quizás, un alto “grado” de narcisismo. Todo depende de cómo interpretemos e inferenciemos las situaciones que vivimos: si estoy acostumbrado a optar por el papel de víctima ignorando otros roles, jamás seré responsable de mis actos ni culpable de hacer daño. Esto ocurre con los cuentos: siempre interpretamos las historias dependiendo de cómo lo hagamos habitualmente. Debemos tener en cuenta, que podemos inferir mal las responsabilidades. 1- ¿Hemos preguntado a Blancanieves por qué mordió la manzana si se la entregó una anciana desconocida? Quizás Blancanieves tenía una ansiedad descomunal, y no le quedó otra que probar la manzana aún sabiendo que ésta era venenosa. 2- ¿Sabemos a ciencia cierta que la aguja con la que la Bella Durmiente (también conocida en su tierra como Aurora), estaba realmente embrujada o es que ella exageró la herida para hacerse la dormida/muerta y llamar la atención de los hombres? 3- ¿Acaso sabemos si realmente Bella está enamorada de Bestia, o simplemente tiene tantas ganas de salir de la crisis económica por la que atraviesa que solo le importa el palacio y los bienes gananciales de Bestia, importándole bien poco a Bella la apariencia de su “enamorado”? 4- ¿Conocemos la verdadera relación que existía entre Caperucita Roja y El Lobo? ¿No podría ser que Caperucita persuadiera al cazador para vengarse del affair que mantuvo el lobo con la abuela de Caperucita? 5- ¿No puede ser que Cenicienta acabara la cita con el príncipe a las 24:00 horas para así no dar una apariencia de “ligerita de cascos” ante la corte? LA INTERPRETACIÓN DE LAS HISTORIAS DEPENDE DEL MODO EN QUE LAS CONTEMOS, DEL ROL QUE QUERAMOS JUGAR EN NUESTRAS VIDAS, DE LA PERSPECTIVA CON LA QUE MIREMOS LAS COSAS

2 comentarios:

Lola.. dijo...

Uno esta entrada que habéis escrito, con otra "¿Todos diferentes todos unidos?", porque ahí hablas de hábitos y de como nos relacionamos. Los cuentos a veces es como el refrán (Del dicho al hecho hay mucho trecho), vengo a decir que desde lo que me cuentas a la realidad pues bueno cualquiera sabe lo que puede haber. Está claro que de los cuentos sacamos provecho si no, no los contaríamos, pero ¿hasta dónde uno quiere mejorar y es capaz de arriesgarse a contarlo todo? ¿Por que qué va a pensar de mi el de al lado el terapeuta o el grupo?. Los terapeutas no juzgan y si los compañeros lo hacen, una pena para ellos porque eso quiere decir que no se miraron bien el ombligo y no ven lo que a ellos les pasa y les es complicado de empatizar. LO PEOR DE LOS CUENTOS NO ES QUE SE LOS CREA EL DE AL LADO, ES QUE TE LOS CREAS TU MISMO.

Unknown dijo...

Muchas veces creemos en nuestras propias invenciones por miedo a enfrentarnos a nuestros errores